Pulsera turquesa, lapislázuli y plata

Pulsera realizada en turquesa y lapislázuli en forma de bolas y plata 925 mm engarzada en hilo metálico de alta resistencia.

Esta pulsera tiene un tamaño ajustable entre 17 y 21 cm.

Si entra en Accesorios podrá ver productos a juego con esta pulsera.

La turquesa ha sido muy valorada como piedra preciosa y semipreciosa durante miles de años por su color inigualable. La turquesa es una de las gemas más antiguas.

La turquesa es uno de los amuletos más viejos de la historia de los nativos americanos. Decían que les aportaba protección y fuerza. También era conocida como símbolo de abundancia y de sensibilidad psíquica en muchas culturas antiguas.

La turquesa también es símbolo de la amistad. Cuenta una tradición que para que la turquesa ejerza su poder benéfico tiene que ser regalada. Si es dada una turquesa por un amigo, esa piedra protegerá al portador contra energías negativas y le traerá buena fortuna.

La turquesa equilibra el chacra garganta.

El lapislázuli es considerado como la piedra del poder, sabiduría y realeza. Proviene de la mitología Egipcia, ya que creían que usando este cristal era posible conectarse con los dioses. Para los egipcios, el lapislázuli, era una piedra sagrada, hasta el punto de que solían crear sus escarabajos sagrados con ella, incluso aparecían incrustaciones de lapislázuli en el Ojo de Horus. También utilizaban el lapislázuli molido en polvo para usarlo como medicina.

El lapislázuli nos ayuda a pensar y expresarnos correctamente. Armoniza nuestros pensamientos con nuestra palabras, por ello es útil en aquellas personas que por su timidez no son capaces de hablar como quisieran.

El lapislázuli nos permite liberar rápidamente el estrés y nos ayuda a tomar consciencia de nuestros verdaderos problemas dándonos pistas para saber cómo solucionarlos.

El lapislázuli se asocia al chakra tercer ojo.